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Monday 05 December 2016 at 10:44 pm.
Conforme el manto de nieve avanzaba por Europa, nuestras esperanzas de volver a saber de Bruixa y Eztia se iban esfumando. En efecto, aunque esperábamos un milagro, la última posición de Eztia la situaba en una zona tomada por la nieve por completo y de Bruixa no sabíamos nada, excepto que en su zona de veraneo las condiciones meteorológicas eran incompatibles con la vida de una sorda. Pero con la llegada de diciembre ¡Bruixa ha vuelto a emitir desde el Mediterráneo!. Está viva y parece haber conseguido huir del invierno. Esta ha sido una de las grandes noticias de esta campaña RTVS de 2.016.
Así está la situación en Europa a día de hoy
Todo parece indicar que el invierno ruso atrapó a
Eztia, que no fue lo suficientemente rápida o no pudo afrontar un viaje tan largo a tiempo. En su última localización su situación era realmente preocupante pues, aún habiendo logrado un desplazamiento importante hacia el Oeste, seguía al sur de los
Urales en una zona completamente cubierta por la nieve. Su última emisión fue el
8 de noviembre y sus sensores de temperatura y movimiento ya nos anunciaban que la becada de la
Montaña Alavesa debía estar muerta. Al menos nos dio muy valiosos datos de su migración prenupcial y nos abrió un nuevo abanico de preguntas: ¿Por qué nuestra becada no consiguió escapar del invierno? ¿Por qué no puedo llegar a una posición más al Oeste? Quizás nuevas becadas nos den esas respuestas, en cualquier caso,
Eztia será recordada mucho tiempo por su récord de distancia.
Pero seguíamos sin noticias de
Bruixa y el mapas que reflejan la cobertura del manto níveo sobre el Continente nos decían que no podía seguir en el extremo noroccidental de
Rusia. Con la sospecha de que pudiera estar corriendo la misma suerte que
Eztia, los días pasaban sin que tuviéramos noticias de ella hasta el pasado día
1 de diciembre, cuando
Bruixa emite con una excelente
Loc 2 desde la
Costa Azul, muy cerca de
Avignon y de
Marsella. Gran alegría,
Bruixa ha sobrevivido y parece volver a su casa de Mallorca. Se encuentra a solamente 50 kilómetros del
Mediterráneo, en una zona en la que ya no debería tener problemas de nieve y de falta de alimento. Curiosamente se encuentra a menos de
30 kilómetros del punto en el que paró el
16 de marzo en su viaje de ida, después de saltar desde
Mallorca a la
Costa Brava. Nos hemos perdido
2.250 kilómetros de su viaje de vuelta, pero ahora eso es lo de menos. Lo importante es que está viva y que si consigue imponerse a la predación o la caza, seguiremos teniendo una becada equipada el próximo año desde las islas Baleares. Sería magnífico poder seguirla en otra migración y comparar su ruta con la de este año, pero no adelantemos acontecimientos, que el invierno es largo y muchos son los peligros que trae consigo.
